jueves, 9 de diciembre de 2010

¡CON EL ALTA Y A CORRER!

Todos los días en definitiva  son o pueden ser históricos, para todo el mundo sin excepción. Basta con que ocurra cualquier hecho,  y no  necesariamente notorio. Luego vienen los historiadores  que todo lo arreglan y le dan el toque adecuado .
Ahora bien,  para mis cálculos, hoy,  nueve de diciembre,  cobra un valor especial. Me han dado de alta. Ya soy mujer nueva.  El Doctor me ha recalificado como normal, de las del montón, para qué engañarse. Reestreno pie,  pasan a segundo plano las muletas, y en un Jesús,  protagonista, mi coche nuevo. ¡Qué bien, qué guay! Azulico como el fondo de un ordenador. Reluciente como las estrellas.
Hace cerca de tres meses mi cabeza no daba más que para malos pensamientos, pero ni de lejos atisbaba que un día volvería a la normalidad.
Sí, sí, regreso a casa más alegre que unas castañuelas, con el alta bajo el brazo, que me da derecho a convertir en triunfal un día que para otros no habrá pasado de ser simple jornada histórica, de las que al principio señalaba.
Hoy tendré que poner "en regla mis asuntos con el más allá" ...(¿Recuerdas, Marta?) , y recuperar  mi frenética actividad de un frente a otro, sin concesiones ; El Club de Lectura. El Inglés para alumnas aventajadas de primer nivel. El Coro Celestial. Mi otro club de amigas. Los chicos de ADISPAZ. Mis nietos. Otros temas irrelevantes,  de andar por casa.
Por encima de todo, rehabilito mi  'Autocare de Miramare', últimamente bastante infrautilizado.
Aquí me detendré en las horas tontas que preceden al sueño... esperando reencontrar  algún espíritu puro, dispuesto a escuchar o leer esta presente entrega.
De momento, os invito a  un café con torta casera. No hay más.
 Es la hora de la siesta, sagrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

el patio de mi casa