martes, 21 de diciembre de 2010

EL COCHE BAJO LAS ESTRELLAS

 Esta noche, el solsticio de invierno. Para mis cálculos, impensable pasar por alto el acontecimiento.  Noto que algo no me deja ver claro.  Está de momento oscuro como de boca de lobo. La nube se disipará pronto pues ha dicho 'mi' hombre del tiempo que no se avecinan borrascas.   Que no va a caer ni gota. Mejor que mejor. Y mi coche nuevo, a lucirse por las calles.
El coche huele a nuevo. Suena a recién.  Relumbra como si tal. Y debe correr que se las pela, sin comparación con el 'corsica' que pasó a mejor vida. No es menester rememorar los motivos, de los que ya casi todo el mundo, el mío al menos,  es sabedor.
A lo que vamos: Es majo el C3.  Pero alguien le quiere amargar la existencia:
Aún tenía yo cierta esperanza de que los gatos visitadores dejaran de dar la tabarra, que se hubieran dado cuenta del cambio. Pero que si quieres arroz, Catalina. Siguen de visita nocturna tan campantes, supongo porque lo encuentran mucho más confortable para sus correrías y otras cosas que me callo.
El coche va a pasar en casa sus primeras navidades. Sobre todo va a enfrentarse con la noche precursora del invierno, y antesala de las luces que minuto a minuto nos dejarán su impronta cada día.
Prestándoles atención cero, (a los misinos),  mi querido coche esta noche ¡y las restantes! montará guardia bajo el  firmamento espléndido de trocitos de fuego estelar.
A los gatos no les diré qué tienen que hacer. Lo saben ellos de sobra, son listísimos. ¡Que les den! Ese es su problema.
Yo por lo pronto a firmar con mi coche un pacto de no agresión para esta noche silenciosa. Total falta bien  poco para el día de la suerte. Con lo que mañana, si hay que gritar se gritará lo que haga falta: ¡De alegría si nos cae el pellizco ese que dicen da tanto morbo lotero!
Me voy a consultar un rato, a ver qué  diablos me prevé Escorpión sobre la suerte que ya está echada. Ya no tiene remedio pues en unos momentos mañana pasa a ser hoy.
He depositado la esperanza en que el premio gordo acabe en las cuatro últimas cifras: 2010, las de la suerte, no falla.

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